Biomimetismo: Innovación inspirada en la naturaleza.
Nos ha costado darnos cuenta de que muchas veces tuvimos la solución a nuestros problemas justo en nuestras narices, y es que no en vano se dice que la naturaleza es sabia. En este sentido, nos lleva años de ventaja, ya que desde que se estima que se originó la vida (hace unos 3.800 millones de años), a base de errores y aciertos, ha ido encontrando soluciones ingeniosas a los retos que se le han puesto delante y las ha perfeccionado. Por todo ello, parece buena idea inspirarse en ella, ¿no crees?.
El biomimetismo (biomimicry) es una nueva disciplina que trata de buscar soluciones tecnológicas inspiradas en los diseños de la naturaleza. En otras palabras, adaptar las soluciones que proporciona la naturaleza a retos y problemas que tengamos en un proceso productivo, tecnológico, organización, etc. La filosofía es tan sencilla como potente: desde que surgieron los primeros organismos vivos, la vida ha tenido 3.800 millones de años para superar los numerosos retos que planeta la colonización del planeta Tierra, diseñando los mecanismos y soluciones necesarios para adaptarse y sobrevivir, los cuales le han permitido generar la vasta diversidad de organismos que observamos hoy en día.
La naturaleza favorece la vida funcionando en ciclos cerrados con materiales locales y biodegradables que son usados, reconvertidos y descompuestos. Para ello, la naturaleza sólo usa un conjunto de elementos y compuestos químicos que son sintetizados a temperatura ambiente y, por lo general, no son tóxicos. En cambio, nuestros procesos industriales consumen enormes cantidades de energía y generan una gran cantidad de productos y subproductos extremadamente tóxicos. Esto se debe principalmente al uso generalizado de elementos y compuestos químicos que no existen en la naturaleza o que son raros y que resultan tóxicos para los organismos. Además, estos procesos industriales desperdician alrededor del 96% de la energía en forma de calor, golpeo mecánico o tratamiento químico.
Existen increíbles ejemplos de biomimetismo. Polímeros inspirados en la forma de auto-ensamblaje de las conchas de moluscos, trenes más eficientes inspirados en la forma del martín pescador, superficies que repelen las bacterias basadas en la piel de tiburones, fachadas de edificios que se mantienen limpias por sí mismas, bacterias capaces de extraer del agua metales con interés comercial. Y eso no es todo. Existe un creciente número de innovaciones tecnológicas que surgen día a día gracias a esta nueva disciplina.
Imagen tomada de http://basebiomimetica.blogspot.com.es
El tren más rápido del mundo está diseñado para asemejarse al pico del Martín pescador. Al ir tan rápido, este tren generaba mucho ruido cuando salía de los túneles por el cambio de presión atmosférica. Se dieron cuenta de que aves como el Martín pescador, al pescar pasan rápidamente del aire al agua de forma suave y sin salpicar mucho. Imitando esta forma, solventaron el problema del ruido. Además, al ser más aerodinámico ahorran un 15% de energía, aunque viaje un 10% más rápido.
Janine Benyus, escritora del libro Biomimicry (1997) y presidenta del Biomimicry Institute, es la principal impulsora del proyecto a nivel internacional. En Biomimicry Institute trabajan recopilando diseños naturales que puedan servir de inspiración a profesionales de distintas disciplinas. Para más información puedes ver las TED talk de Janine Benyus, tituladas Compartiendo los diseños de la naturaleza y Biomimetismo en acción o el programa especial de Redes, Biomimetismo: Los algoritmos del mundo real.
El arquitecto Michael Pawlyn ofrece una maravillosa colección de ejemplos donde el biomimetismo se ha mostrado eficaz a la hora de resolver problemas de diseño.
Por ejemplo, el proyecto Edén: